SORTEO MIS AGENDAS EN FORMATO FÍSICO

Muy buenas!!! Hoy os traigo un post agridulce. Podría ser el post de lo que pudo ser y no fue, o de lo que es y será. Llamadlo como queráis. Os voy a contar la historia breve, la que no contiene berrinches y malas leches. Vamos a tratar de ver este post como algo positivo, como un aperitivo de todo lo que voy a ser capaz de dar y de hacer.

Solo con leer el título ya sabéis de qué va el asunto. Sí, he conseguido, por fin, ver mis agendas en formato físico. Ver y tocar un poquito, porque solo tengo 10 unidades. Sí, 10, ni una más ni una menos. Así que poneos cómodos porque hoy vamos a viajar por el maravilloso mundo de meterse en un lío y no saber muy bien dónde va a terminar. 

Voy a empezar por el principio, para que os enteréis de todo el asunto y comprendáis todo bien. Allá por junio-julio de 2016 se pusieron en contacto conmigo desde una imprenta, una importante, y me propusieron hacer un diseño de agenda para imprimir y vender a nivel nacional. Imaginad mi cara, mi corazón... me hizo una ilusión tremenda. Ilusión, acojone, todo a partes iguales. Tener mi agenda en formato físico, diseñada a mi gusto y que encima vosotros también pudierais comprarla. Vamos un caramelito. Al final resultó ser un caramelo de los que pican, o el sugus de piña. 

A lo mejor es porque soy un poquito rancia, pero siempre he ido con pies de plomo en este tema. Solo comenté en una newsletter que existían altas probabilidades de que pudiera sacar mi agenda en formato físico a principios de año. No quería hacerlo público hasta que tuviera mis agendas en la mano, hasta que yo misma las hubiera olido, sí, soy de esas que huelen las cosas y más los cuadernos y libros.

El día 1 de noviembre, antes de irme de viaje, dejé todo entregado. Una agenda fetén, con pegatinas, llena de frases, de notas que me definen: películas, series, chorradas. Me encantaba. Como os decía me dieron carta blanca, diseña lo que quieras, pensando en lo que gusta a tus lectores, que sea diferente, que se note tu toque personal. Y lo hice y vamos que si lo hice. Me dejé el sueño, las pocas uñas que tenía, los ojos y los nervios. Sobre todo los nervios. 

Es cierto que sí me pidieron unas características: que estuviera diseñada en tamaño DIN A5 (hecho) y que fuera a semana vista (hecho). A mí me habría gustado más diseñar día página y semana vista, pero vamos a ver, es mi primera vez y no vamos a ponernos estupendos. De acuerdo, diseño esa agenda a semana vista como a mí me dé la real gana. 

Todo iba bien aunque yo tenía la mosca detrás de la oreja, porque diciembre estaba a puntito de llegar y yo todavía no tenía mi agenda. El nivel de mala leche ascendía, como es normal. Ahora me voy a ahorrar todo lo feo porque no viene al caso y os resumo la parte final de la historia. Esto termina de la siguiente manera. 

A mediadios de diciembre, después de varias semanas sin saber nada de nada (obviamente les peté el email con mensajes cada vez menos amables), me escriben y me dicen que ya hay demasiado stock de agendas y que no va a salir. Os acordáis de Vicky el vikingo, cuando se le encendía la nariz... pues a mí me pasó eso por todo el cuerpo y no precisamente porque hubiera tenido una idea. Era veneno puro, serpientes, culebras, azufre, humo. 

De acuerdo, son cosas que pasan, sí, eso lo puedo entender (conclusión a la que llegué después de morder la pared). Sabía que existía esa posibilidad, aunque la forma de comunicármelo no fue la más acertada, de eso estoy segura. Sentí que todo mi trabajo no había valido la pena, que había metido horas para tirarlas a la basura, inserte aquí pensamientos malos llenos de odio y rabia. Yo creo que ya os podéis hacer una idea de cómo me sentí. 

Una vez pasada la rabieta, recordé que mi cabezonería es legendaria y que por mis narices iba a tener, aunque fuera, una agenda en papel, para mí. Y lo conseguí. De ahí que solo tenga 10 agendas en formato físico. No tienen la calidad que me gustaría, ni el acabado, ya que se supone que son agendas de muestra, pero aquí están.

Todo esto me ha enseñado muchas cosas y con eso me quedo. Me he demostrado a mí misma que sí, que es posible que yo diseñe una agenda bonita utilizando power point y a las pruebas me remito. También he aprendido todo lo que no tengo que hacer y lo que sí debo hacer de aquí a diciembre, que será el momento en el que saque mi agenda y la venda. Creo que esto que me ha pasado ha sido el punto de partida perfecto, como el entrenamiento. Soy capaz y lo voy a hacer. 

Y esta es la historia resumida de cómo conseguí 10 agendas en formato físico. Podría haberlas vendido, pero no me da la gana porque no tienen el acabado físico que yo quería. El diseño me encanta, pero esperaba algo mejor. Vamos a achacarlo a que son agendas "muestra".